lunes, 20 de abril de 2009

Regreso

Puf! he tenido unas semanas de suicidio total. Para resarcirme, os contaré una bonita historia:

Esto era una vez un departamento de Anatomía y Embriología Humana que tenía entre sus profesores a uno muy especial... tachán! Eduardo Manostijeras!

Efectivamente, Eduardo Manostijeras se había infiltrado entre los profesores, disfrazado con una bata y unos guantes que ocultaban su verdadera identidad. Eduardo podría haber vivido feliz y contento si hubiera utilizado su habilidad cortando para hacer el bien en lugar del mal, pero en su lugar prefirió el lado oscuro de la disección y así es como empezó a disfrutar destrozando las bellas prosecciones que los esforzados alumnos preparaban con tanto esfuerzo.

Se acercaba sigilosamente por detrás de su víctima y decía "déjame las tijeras", y así es como alegremente arrancaba los elementos más vasculonerviosos que una pieza pudiera tener. Cuando terminaba su malvada acción, se marchaba dejando a los inocentes alumnos con el papelón de arreglarlo todo y dar explicaciones al profesor titular.

Pero el poder le hizo descuidado: pronto no se contentó con utilizar el material que le brindaba el departamento, sino que empezó a usar sus propios dedos para agujerear pectorales mayores, destrozar glúteos medios, arrancar tendones del calcáneo y finalmente ejerces su amplia labor destructiva.

Gracias a ese descuido pudimos conocer su verdadera identidad, por lo que avisamos: NO DEJÉIS A NINGUN PROFESOR TOCAR VUESTRA PROSECCIÓN. SABES CÓMO LA DEJASTE, PERO NO CÓMO LA VOLVERÁS A ENCONTRAR!

Un beso para todos

Nota: nuestra prosección estaba perfecta. ¿mi truco? hacerse el sordo