domingo, 25 de enero de 2009

Art Attack!

Bien, han empezado esta semana las 30 horas de prácticas destinadas a la técnica de disección, lo que significa que se divide la clase en grupos de seis personas, que diseccionan una pieza cada uno.

Empezamos bien. A mi grupo le toca “región inguinal y parte anterior del muslo”, lo que significa que tenemos que convivir con el repelús de estar trabajando al lado de un pene y un testículo cortados por la mitad.

Tras hacer el protocolo de disección (el papel que dice lo que vamos a hacer y cómo, y que estuvo sufriendo modificaciones hasta un par de horas antes de la clase, ya que si hubiéramos seguido el original, hubiéramos tenido que retirar el sartorio tres o cuatro veces), empezamos con la divertidísima tarea de retirar la piel con el bisturí y las (molestas pero obligatorias) pinzas. En general era como quitar la piel a una naranja, pero a una naranja a la que se le podía quedar grasa pegada, desviarte al plano profundo y acabar cortando la vena safena interna, por ejemplo.

Tras algo más de dos horas conseguimos separar toda la piel. Ahora estamos quitando la grasa (menos mal que era un señor delgadito y tenía muy poca), pero aun así, cuidado con las traicioneras venas (y nervios) superficiales, que salen de pronto y de la nada para pegarte un susto de muerte (oh, Dios mío! ¿qué he cortado? ¿¡QUÉ!?).

Encima el muerto tenía un hematoma. Casualmente sobre los nódulos linfáticos superficiales. Así que toca distinguir qué es sangre y qué es nódulo…

Eso por no hablar del colocón de los vapores del cadáver…

lunes, 19 de enero de 2009

Condiciones

Si ves los tendones del antebrazo y los tocas como una guitarra
Si coges una mano con el índice extendido y picas con ella el hombro de tus compañeros
Si revuelves en un amasijo marrón de fibras musculares y llamas “variación anatómica” a todo lo que no sabes lo que es
Si tiras de un tendón para ver si se flexiona el dedo y descubres horrorizado que lo has sacado del retináculo flexor
Si te comes la cabeza intentando encontrar las ramas terminales de cierta arteria antes de descubrir que estabas mirando una vena
Si resuelves un corte creyendo que era muy distal y cuando más liado estás se acerca el profe y te dice que era evidentemente proximal
Si aprietas los vasos para que salga el formol en plan fuente
Si exprimes los pulmones como si fueran esponjas
Si tienes que mirarles las orejas a los muertos para saber su sexo
Si has cogido una pierna cortada y has preguntado “¿A cuánto el kilo de jamón?”
Si has desechado un filete en un restaurante por parecerse demasiado a un glúteo mayor
Si has cogido un pie y le has dado una patada en el culo a tu compañero
Si saludas al muerto estrechándole la mano antes de destriparlo
Si acunas al feto y le cantas una nana
Si ves un embrión transparente con los huesos cartilaginosos teñidos de azul y piensas “Qué bonito llavero”
Si haces malabares con rótulas y fémures


…entonces eres un estudiante de Medicina totalmente normal.

martes, 13 de enero de 2009

Comer con tenedor y bisturí

Hoy he estado comentando con un compañero la total presencia de nuestra carrera en nuestra vida...concretamente a la hora de las comidas.
El primer día que vimos algo con "carne" (fetos humanos) comimos bastante normalmente en la facultad. Una semana después, otro compañero me alarmó seriamente al manifestar que las croquetas de ese día sabían a feto (las croquetas no han vuelto a saber raro, lo que me escama aún más).
El día que tocó prosecciones del brazo, fue bastante sorprendente el hecho de que algunos olieran a jamón serrano. Algunos hicieron voto de no volver a comerlo. Nadie cumplió su palabra. Pero a la hora de cenar, al ver los filetes crudos al lado de la sartén, dije impulsivamente "Ugh!", lo que fue bastante para que mi madre no quisiera saber lo que había hecho ese día.
El siguiente capítulo viene el día de la cena de Navidad, cuando una de las fotos de la carta recordaba horriblemente a un filete de glúteo mayor (músculo que habíamos tenido la oportunidad de observar horas antes).
Pero no para ahí la cosa, un día comiendo pavo, fui a cortar el trozo y de pronto me descubrí identificando las características del músculo que me iba a comer: dos fascículos de origen, aspecto fusiforme, recubierto por una FASCIA (la cada-vez-más-asquerosa telilla que hay entre los músculos y la piel), etc.
Y otro día, con los huesos del cordero pude observar que sus fémures son sorprendentemente parecidos a los humanos (aspecto nada alentador)...
Ese tipo de cosas, unidas a una obsesión que tengo desde siempre de eliminar todas las venas de lo que me voy a comer (que me lleva a hacer auténticas y asquerosas disecciones en la mesa), hace que este sea un mundo demasiado complicado para algunos
.


Si escribo esto ahora es para quitarme de los nervios de antes del examen de conducir...SOCORROOOO!

viernes, 9 de enero de 2009

...Y Prometheus llevó el fuego a los hombres…


Y los hombres, tras dejarse el Prometheus en casa gracias a que el maravilloso Profesor Murillo decidió no convocar prácticas de Anatomía hasta la semana que viene (yuju!), necesitaron el fuego para evitar la gangrena por congelación de sus dedos entumecidos.
Hoy ha nevado en Madrid. Hacía la tira que no nevaba. Y nada como un Aula Magna enorme, sin calefacción y cuyos estudiantes no llenan la cuarta parte de las mesas, para que se te quede el boli pegado a la mano (lo cual genera obvios inconvenientes, añadidos a la ardua tarea de tener que mirar las presentaciones/atender al profesor/escribir/sonarse/contener la tos).
Pero me quejo de vicio: la verdad es que ha sido genial la nieve. Se nos iban los ojos tras ella en el seminario de Bioestadística (en nuestra clase de teoría no se nos podían ir, porque no tiene ventanas, ugh!) tanto, que al final el profesor ha acabado antes diciendo: “Venga, ahora iros a jugar con la nieve, que lo estáis deseando”.
No puedo entretenerme más escribiendo, el estrés post-vacacional preexamen me amenaza.