
Soy libre. He acabado los exámenes. Cuando lo asuma completamente, ya escribiré algo más largo. entretanto, aquí os dejo una chorradita que escribí en plena crisis.
Tener ganas de gritar, de huir, de estar en todas partes al mismo tiempo y a la vez perdido. Estar solo en medio de un montón de gente. Querer que todo el mundo desaparezca del exterior, unirte en un solo cuerpo con el resto del mundo, desparecer tú mismo, llover sobre mojado y secarte las lágrimas con unas manos que arden de fiebre. Tener ganas de suicidarte, de morir luchando, de vivir el resto de tu vida en un segundo, ponerte el Anillo y que el mundo se transforme y un solo instante de tiempo se colme de una hora de pensamiento. Cambiar los pensamientos por los sentimientos sin ver. Escribir hasta que se gaste la tinta y tengas que usar sangre. Pintar un universo de sueños que cubra el lienzo gris del mundo que se extiende ante tus ojos. Caer de la alegría más salvaje a la más honda de las desesperaciones sin mediar transición alguna. Emborracharte hasta vomitar el hígado. Arrancarse del pecho pedazos del corazón para regalarlos a la gente que menos lo merezca. Dormir, y saber que duermes. Soñar y creer que es real. Vivir y creer que sueñas. Morir y saber que duermes. Golpearte un pie con la pata de la cama para ver más de cerca las estrellas. Penetrar un cráter de la Luna y luego hacer que no ha pasado nada. Plegar entre los dedos diminutas hojas de papel de colores y luego lanzarlas desde la ventana. Saber que en cuanto le das la espalda a la gente te empiezan a olvidar. Convivir con la sensación de que nadie ha podido nunca comprender el significado oculto de tus actos. Encasillarse en un papel y provocar el odio del mundo al querer cambiarlo. Romper con tu vida. Romper tu vida. Reconstruirla y darse cuenta de que nadie ha notado el cambio. Amar y ser odiado. Odiar y ser amado, pero nunca una fusión de ambas. Limitarse a existir eludiendo la responsabilidad de averiguar si importa en el acontecer universal un solo segundo de amargura en nuestra vida...o uno de felicidad.
Ser capaz de leer el texto completo sin preguntarse ¿por qué?